lunes, 17 de octubre de 2011

CLASE 1

1.  NOCIONES PRELIMINARES

     1.1 IDEOLOGÍA Y EDUCACIÓN EN OCCIDENTE

RECOMENDACIÓN: LEE EL UNIVERSALISMO EUROPEO DE IMMANUEL WALLERTEIN Y ELABORA UN MAPA MENTAL CON LAS IDEAS PRINCIPALES.*


La Civilización Occidental ha tenido siempre la imperiosa necesidad de tener enemigos, y para ello no ha dudado en creárselos ella misma. Ello ya denota un estado fisiológico enfermizo en esta Civilización, y por lo tanto es indicador de que se encuentra inmersa en un proceso de decadencia y disolución, el cual ya fue apuntado en su tiempo por Oswald Spengler.
La necesidad de enemigos para poder subsistir solo puede nacer en un organismo envejecido, debilitado y enfermo que ha perdido toda forma interior, que carece de un fundamento propio en base al cual justificar su existencia; la pérdida de sentido implica, a su vez, la pérdida de significado, de ahí esa constante necesidad de generar nuevos enemigos sobre los que volcar su aversión y proyectar, en definitiva, todas sus tareas. El enemigo suple esa carencia de sentido que es consustancial a Occidente, ya que le confiere una razón de ser en la medida en que reafirma su misión universalizadora. De esta manera convergen todas sus energías en un mismo sentido, con una misma finalidad: conseguir su hegemonía mundial.
Un principio reactivo conduce el desenvolvimiento de Occidente en el mundo, y esto lleva a plantear un conflicto antagónico que se reduce a una lucha entre las fuerzas del Bien contra las del Mal.
Todos los valores hijos de la Revolución Francesa, los cuales se sintetizan en el sacrosanto trilema de Libertad, Igualdad y Fraternidad, encarnados por Occidente bajo la forma de democracia liberal en el terreno político, sistema capitalista en lo económico y american way of life en lo cultural, constituyen sus principales características. Todo cuanto no se encuentra dentro de estos parámetros ideológicos, es considerado barbárico e incivilizado, fuera de la humanidad y de la historia.
Es así como Occidente se arroga la misión de civilizar el planeta universalizando sus estructuras políticas, económicas y culturales. Quien opone resistencia a este proceso universalizador pasa a formar parte de las fuerzas del Mal, aquellas que representan la barbarie, siendo considerados enemigos de la Humanidad. Un conflicto de poder, y por tanto político, marcado por la distinción amigo-enemigo, se moraliza a partir de valores que se erigen como absolutos, cobrando ya su primacía la distinción entre buenos y malos.
Los enemigos que se ha forjado Occidente le han permitido a esta civilización decadente poder subsistir; primero fueron los fascismos quienes encarnaron el mal absoluto, tras 1945 el bolchevismo, y actualmente, tras la desaparición del campo socialista, el Islam. Sin enemigos Occidente no tiene sentido, ya que gracias a ellos puede afirmar su misión universalizadora por la que implantar a escala global su modelo de civilización, y, por tanto, orientar sus fuerzas con el claro objetivo de alcanzar la hegemonía mundial.
Dentro de este marco general de la situación la teoría del choque de civilizaciones de Samuel P. Huntington, no es más que un instrumento teórico e ideológico que cumple un papel muy funcional para la política exterior de EE.UU., que constituye el epicentro y principal promotor de la civilización Occidental.
Pero de igual modo que Occidente ha ido generando sus propios enemigos, también se ha nutrido de una retaguardia político-ideológica a su servicio. Con esto nos referimos a aquellos sectores que siempre han encontrado una excusa, una coartada ideológica, con la que terminar colaborando con Occidente y sus perversos planes de hegemonía mundial. Si tras 1945 esa coartada ideológica fue el comunismo, presentado como el verdadero enemigo a batir, y en función del cual el resto del mundo debía colaborar activamente para su desaparición, hoy, sin embargo, tras la caída del muro, el nuevo enemigo, y por tanto la nueva coartada ideológica de dichos sectores, es el Islam.

Una serie de mecanismos psicológicos son puestos en marcha, y el enemigo de Occidente aparece como una amenaza mayor que la que supone la misma civilización occidental; así, bajo la pretendida defensa de un modo de vida, unos valores o una ficticia identidad, se pasa a justificar la colaboración con Occidente desempeñando el papel de retaguardia ideológica, contribuyendo a afianzar sus estructuras políticas, económicas y culturales.
En la actualidad la coartada de dichas retaguardias es el Islam, el nuevo enemigo que ha generado Occidente para seguir justificando sus pretensiones mundialistas. Como siempre, el enemigo aparece bajo una imagen temible, terrorífica, con la única intención de engendrar miedo entre la población, de tal modo que represente una amenaza de dimensiones mundiales bajo la forma del terrorismo internacional.
Estas retaguardias que asumen los esquemas mentales de Occidente, son la mano de obra barata del mundialismo dentro de las sociedades modernas, en las cuales se movilizan para intentar concienciar a la sociedad del grave peligro que entraña el Islam para Occidente. La consecuencia directa de esto es apoyar la política exterior de agresión de EE.UU. y Gran Bretaña, llevan a cabo tanto en Oriente Medio como en Asia Central.
El carácter reactivo de estas protestas contra el Islam se refleja en el sentido negativo de las mismas, ya que se trata de una oposición que no antepone nada contra el Islam, nada que no sea el mismo Occidente y su podredumbre espiritual y moral.
Pero, lo que realmente encubre esta corriente anti-islámica es el temor a que unos determinados inmigrantes no sean correctamente asimilados y domesticados, asumiendo para ello la mentalidad que impera en Occidente, caracterizada por un determinado modo de vida y un status social. Esto es lo que preocupa a Occidente, que dichos inmigrantes, a diferencia del resto, no se sometan dócilmente y rechacen el sistema vigente.
Por tanto, estas retaguardias ideológicas que habitualmente se enmascaran bajo la defensa de identidades folklóricas y etnicistas, las cuales constituyen un artículo de consumo más en Occidente, (hay que hacer hincapié en que la única identidad que impera es la que emana del dinero, y no otra), constituyen, por así decirlo, el sistema inmunológico occidental, la mala conciencia que intenta prevenir e inmunizar a la población restante de que su forma de vida y su status social están en peligro si no se toman medidas contra quienes se resisten a ser asimilados, a disolverse en el “melting-pot” americano-occidental del cosmopolitismo y el desarraigo.
Al mismo tiempo que esta retaguardia reafirma las estructuras culturales, políticas y económicas de Occidente, conciencia a su vez a la población de la necesidad de desarrollar una política exterior orientada a eliminar al enemigo externo, a realizar invasiones y ataques sobre países que no aceptan la hegemonía occidental liderada por EE.UU.
En definitiva, los enemigos que Occidente presenta a sus sociedades son una cortina de humo para encubrir su plan de hegemonía mundial, siendo su retaguardia ideológica la encargada de justificar ante la sociedad las campañas de invasión y agresión contra quienes se resisten, y al mismo tiempo intentar concienciar de la amenaza interna que supone dicho enemigo externo en las sociedades occidentales, el cual se ha “infiltrado” a través de la inmigración que Occidente ha propiciado y favorecido.
Estas son, pues, las claves de un perverso plan de dominación que pretende arribar al poder mundial a costa de extirpar del mundo a quien se resista, tachándolo para ello como enemigo de la Humanidad y encarnación del mal absoluto


La educación, sus orígenes en occidente

Mientras que la pedagogía busca lo mejor desde el punto de vista moral y práctico para formar individuos bien educados, la educación no busca el deber ser sino que considera al individuo tal y como es de acuerdo con sus condiciones de desarrollo y con el contexto en el que se formó.

En un principio, la escritura alfabética no era enseñada a los jóvenes porque era utilizada como un instrumento de dominio y era ligada a la religión, sólo los escribas recibían el don de la escritura, aparentemente como un don divino.

La medicina, en sus inicios, era ejercida por los sacerdotes y en la antigua Roma lo era por el pater familias y cómo, en consecuencia, los primeros hospitales estuvieron integrados a los templos. Asimismo, señala que a partir de Hipócrates fueron deslindadas ambas funciones y que los médicos hipocráticos fueron, sobre todo, cirujanos, siendo, en consecuencia considerados inferiores a los médicos filósofos por ser trabajadores 'manuales'.

Al hablarnos de la democracia ateniense y del desprecio que ahí se tenía por los artesanos no deja de sorprendernos la valentía de Sócrates quien, según testimonio de Platón, criticaba con dureza precisamente a algunos artesanos o técnicos -zapateros, cultivadores de olivo o arquitectos- porque, en su condición de nuevos ricos, pretendían intervenir en la política sin haber sido preparados para ello y les recomendaba que se dedicaran a hacer aquello que sí sabían hacer.

Existieron grandes y realmente sorprendentes diferencias existentes entre la educación ateniense y la rígida educación que recibían los espartanos. Los jovencitos espartanos eran seleccionados de acuerdo con sus características físicas y luego educados bajo la mirada de un adulto que, aunque no fuera su padre, tenía el derecho de castigarlos si cometían una falta -acto que también podía ser ejercido por el iréno, especie de joven guía-mediante una mordida en el dedo del niño y la disminución en su ración alimenticia, pues justamente la resistencia al dolor y a la disminución del alimento eran factores fundamentales en su formación.

En la información que nos proporciona de Aristóteles, Santoni afirma que si bien éste no fue el primero en hablar de la (psyché) -el alma como vida mental en general- pues ya antes lo había hecho Platón, sí fue quien sentó las bases para que más tarde surgiera el estudio de los fenómenos psicológicos. Nos hace recordar que la visión educativa de Aristóteles tenía como fundamento la adquisición de hábitos no virtuosos de manera abstracta sino tendientes a buscar y adoptar el 'justo medio' en el comportamiento.

¿Qué decir en cuanto a Roma? ¿Qué tipo de educación recibían los niños romanos? Antes de que se establecieran en Roma las primeras escuelas de gramática, en el siglo III A.C., los niños varones eran educados en el ludus, palabra que significaba a la vez 'juego' y 'escuela'. Ahí los niños 'jugaban' a hacer la guerra con armas de madera, es decir, se les preparaba para la actividad que más interesaba a los habitantes de ese pueblo en expansión: la guerra y, probablemente, recibían ahí otra formación complementaria. ¿Y las niñas? Las niñas debían quedarse en su casa.
Si bien la escuela y la educación en Roma fueron exclusivas de las familias acomodadas, resulta paradójico que algunas familias muy ricas tuvieran un pedagogium particular, una especie de escuela para los jóvenes esclavos, cuya función era adiestrar para determinadas tareas: lectores de historias durante los banquetes (a muchos se les tenía que enseñar el latín partiendo de cero), asistentes y secretarios privados, camareros y mayordomos para atender a huéspedes insignes, acompañantes y pajes (a veces intencionalmente afeminados), mensajeros, ayudantes de secretarios.
Aunque pudiéramos pensar que esta oferta de educación representaba una situación ventajosa para los esclavos, no era más que una clara muestra del poder absoluto que los seño-res tenían sobre ellos, quienes eran tratados como un objeto moldeable y utilizable en cualquier circunstancia.


1.2 FILOSOFÍA Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN


La Ciencia es el saber humano encargada de explicar un conjunto de fenómenos empleando la observación, experimentación, las hipótesis, éxitos que le permiten a la humanidad su progreso, gracias a la labor del científico hombre de éxito que armoniza la teoría con la práctica. En cambio la Filosofía es otro de los saberes del hombre especial diría, que pretende dar solución a los grandes problemas que aquejan a la humanidad y que aún no han sido resueltos, siendo estos de interés universal y objeto de profundas meditaciones racionales así como de críticos por excelencia cuyas características identifican el saber Filosófico tan viejo como la humanidad misma y que le sirve para solucionar problemas o tratar de hacerlo. Como toda ciencia la Educación, se relaciona con todo tipo de saber humano con las ciencias humanas, las naturales, pero también con la filosofía adquiriendo la denominación de filosofía educativa o filosofía de la educación. El dominio de estudio de la filosofía y el de la educación no está clara y nítidamente delimitado puesta que en este aspecto no hay rigidez alguna por el contrario existe una gran flexibilidad pues es ampliamente modificable. Un conjunto de problemas con cierto carácter de permanencia en el campo educativo puede pasar a formar parte de la filosofía cuando se le aplique una acción profundizarte, crítica y valorativa; especialmente el campo de la filosofía educativa. Esta situación va a originar una doble modalidad, manifiesta en las programaciones y sílabos, la presencia de una parte general a básica y una parte especial que se refiere al análisis de algún sector de la realidad educativa, sobre el cual se orienta la acción de la filosofía. Un curso de filosofía de la Educación no tiene como objetivo informarse y tener un catálogo o rol de problemas habituales; sino el de facilitar la capacidad y en criterio para plantear correctamente dichos problemas o los nuevos que se presentan en el campo educacional; y capacitar para la formalización de diversas hipótesis para una posible solución de ellos; radicando aquí la importancia del curso, pues no se trata de repetir soluciones trasnochadas, cual si fuera receta única para todas las sociedades, épocas, latitud de la tierra, puesto que el docente actual enfrenta problemas nuevos en nuevas situaciones. Por ello la filosofía de la educación pretende la adquisición de capacidad para plantear problemas formular hipótesis dentro del campo educacional, a la luz de la filosofía; para lo que hay la necesidad de aclara algunos diferencias y determinar campos y relacionando la ciencia y la filosofía como lo hemos hecho al inicio, luego analizar el fenómeno educación y la transición entre la concepción educativa, tradicional y la educación moderna. Estas concepciones son diferentes pero no contradictorias en el sentido lógico del término, una no descarta a la otra; de hecho nos encontramos en un periodo de transición entre las dos concepciones y en muchas cosas se dan simultáneamente lo cual origina conflictos.

La educación tradicional según ALAIN tiene vigencia hasta el siglo XIX en nuestro mundo occidental con las características siguientes: el aprendizaje viene del exterior, la escuela tiene la función de trasmitir saberes y valoraciones aceptadas socialmente el aprendizaje tiene carácter acumulativo, sucesivo y continuo prioriza la memoria, es libresca, autocrática y dictatorial; hegemonía al profesor, la expansión oral del maestro y la repetición del niño. La severidad y reiteración como métodos y una evaluación que determina hasta que puntos han quedado impresos los conocimientos trasmitidos pero la distinción depende del concepto del hombre que cada sociedad tenga o decida tener en vigencia, por lo que por debajo de la definición de educación esté implícita un concepto de hombre, por ejemplo para la educación tradicional el hombre es un ser racional esta definición simple es muy importante para todas las consecuencias pedagógicas que permite derivar. Al analizar estos dos términos tenemos que lo "animal" es lo genérico, lo compartido con otros seres (aves, peces mamíferos), pero lo específicamente humano, lo que lo distingue, lo que lo hace ser "hombre" es lo racional, que significa mente intelecto, inteligencia, entender; es decir el hombre fundamentalmente es un ser inteligente que tiene que ver con la educación. En cambio para la concepción moderna el hombre es un organismo inteligente que actúa en un medio social que es el específico del hombre; es decir el hombre es un ser biosíquico, un organismo dentro de un medio sobre el cual actúa en forma inteligente, aquí la inteligencia cumple un rol dentro de las situaciones problemáticas que se presentan en el enfrentamiento organismo y medio.

Aprender sería pues resolver activamente problemas vitales y no una simple acumulación de datos en la memoria, es activo y utiliza la experiencia para crecer y poder aprender por parte del propio alumno, esta concepción privilegia la acción del alumno, quien debe desarrollar habilidades para que aprenda a aprender a investigar y saber comunicarse, escuchar, discutir, razonar, descubrir, experimentar y actuar en grupo, lo cual supone que el profesor debe desarrollar cierto tipo de habilidades que le permitan guiar o conducir el aprendizaje y ayudar a que los alumnos adquieran las habilidades que se esperan de ellos. La didáctica tradicional usa como métodos didácticos al inductivo, deductivo, analítico y sintético, que son métodos lógicos generales es decir métodos propios de todo pensar y no del enseñar en particular y esto porque el hombre estaba pensando como "logos", como inteligencia, como pensamiento, como razón, como una simple facultad pensadora, los métodos lógicos los usamos en cualquier actividad diaria, permanentemente, en nuestra vida diaria, de didácticos no tienen nada de particular pero su identificación con los didácticos prueba la identificación entre educando e inteligencia. En la concepción moderna se usa el método científico, se identifica ahora pensar con método científico. Pensar es "pensar para", es pensar dentro de un problema para resolverlo. La obtención de la solución será aprendizaje, la concepción moderna de educación es democrática porque tanto el profesor como alumnos accionan para obtener aprendizajes y como la cultura es más dinámica más cambiante no es preponderante la memoria sino desarrollar la capacidad para seguir aprendiendo y para realizar lo aprendido en la concepción tradicional el fin era conocido sólo por el profesor, en la moderna el fin es interno, inmanente a la actividad escolar, el alumno debe comprender el sentido y la finalidad de lo que hace, en el momento en que lo hace. El material o contenidos en la concepción tradicional se presenta en materiales aisladas o independientes, en la concepción moderna se reúnen los contenidos en áreas o unidades de trabajo de acuerdo al momento de evolución del educando con sus intereses y con los objetivos de la sociedad. La educación tradicional es un cambio cuantitativo de conocimientos, modernamente, la educación es un cambio cualitativo en la conducta Se presentan dos enfoques distintos de las relaciones entre filosofía y ciencia que en el campo educativo, hacen variar mucho los temas de la filosofía de la educación y el tratamiento que ella les va a dar. La concepción tradicional.- para ella la ciencia es un conjunto de conocimientos relativos a un objeto o grupo de objetos parecidos, universales, sistematizados y fundamentados, la ciencia intenta descubrir las relaciones de tipo causal en forma inmediata, en cambio le asigna a la filosofía el carácter de un saber por causas mediatas o últimas. La ciencia la forman supuestos y construye una gran estructura pero no es su tarea fundamentarse, tarea que le deja a la filosofía. La concepción moderna entiende a la ciencia como un saber por causas inmediatas, pero su principio de fundamentación está en si misma, en la experimentación, que permite formular leyes predictivas cuya validez radica en que funcionan como tales no importa los supuestos que se encuentra implícitos o la falta de una teoría sistemática que las explique. En cambio la filosofía en la que pretende ser científica, tiende a disminuir su distancia con la ciencia y es la suministradora de hipótesis, obtenidas desde un ángulo más libre, crítico, profundo y amplio. La sociedad científica y la ciencia permitió solucionar muchos problemas a la humanidad, ha creado, sin embargo otros que generan incertidumbre; la ciencia moderna puede abordar solamente algunos problemas y bajos determinadas condiciones pues está limitada a las circunstancias del observador y del método de experimentación utilizado; no es neutral y no puede tomar decisiones políticas y éticas en nombre de una comunidad humana. Aditivamente la ciencia cada día es más particular o privada y que pierde su sentido inicial que lo puede llevar inclusive a su fin.

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